Panamá
Chichí Peralta no es la voz que canta sus éxitos, pero sí el creador detrás de “Amor Narcótico” y “Procura”. Un productor clave en la evolución de la música tropical.
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Por: Equipo de redacción
Cuando suena “Amor Narcótico”, “Procura” o “La Ciguapa”, es normal que el cuerpo te pida moverse y el alma se enrede con el ritmo. Pero lo que pocos saben —y aquí te lo contamos con tumbao— es que Chichí Peralta no es quien canta esos éxitos, sino el genio musical que los creó.
Sí, el mismísimo Chichí, ese nombre que todos asocian con sabrosura y romanticismo tropical, es el productor, compositor, percusionista y arquitecto sonoro detrás de esos temazos. La voz que oyes en la radio o en las fiestas no es la suya. Pero si hablamos de ideas, arreglos y ritmo, esa es 100% su esencia.
Su nombre completo es Pedro René Peralta Soto y nació en Santo Domingo, República Dominicana. Desde pequeño sintió el llamado de la música y se enamoró de las congas, tambores y cualquier cosa que hiciera ruido con sabor. Su formación musical fue intuitiva, empírica, y siempre llena de curiosidad por los sonidos del mundo.
En los años 90 se consolidó como un productor innovador, capaz de mezclar merengue con jazz, bachata con flamenco, salsa con instrumentos árabes y sonidos africanos. Para él, la música tropical no tiene fronteras, y eso se nota en cada disco que lanza.
¡Buena pregunta! Y la respuesta sorprende. La mayoría de los éxitos de Chichí Peralta están interpretados por vocalistas invitados o cantantes de sesión. Él mismo lo ha dicho: “Mi voz no es la que canta, pero mi música sí es la que se siente”.
Algunos de los cantantes que han prestado su voz para sus canciones son:
Chichí los reúne, les da una idea clara de lo que quiere y los lleva por un viaje musical donde la voz es un instrumento más dentro de su orquesta creativa.
Compararlo con Quincy Jones no es exagerado. Ambos son productores que han sabido mantenerse detrás del micrófono pero delante de todo el proceso creativo. Chichí no solo compone; también arregla, mezcla, dirige y da forma al concepto de cada canción. Su banda no es una banda común, es más bien una plataforma musical que muta con cada álbum, con músicos de distintas partes del mundo que aportan nuevos colores a su sonido.
Y es que su obra no es solo para bailar: también propone, educa, reflexiona y evoluciona. Su disco “De Vuelta al Barrio” ganó el Grammy Latino en 2001, y sus lanzamientos más recientes siguen explorando la espiritualidad, la conciencia social y la identidad caribeña.
Chichí ha tocado en los cinco continentes, ha sido embajador cultural de República Dominicana y ha recibido premios de la industria, pero lo que más lo enorgullece es saber que su música une a la gente. Que en una boda en Panamá, una fiesta en Cartagena o un bar en Puerto Rico, alguien cante su letra sin saber su nombre… pero sintiendo su alma.
Chichí Peralta no canta sus canciones, pero pone el corazón en cada una. Él no necesita micrófono, porque su voz está en el ritmo, en las fusiones, en las emociones. Así que la próxima vez que escuches uno de sus temas, recuerda: No es su voz la que canta, es su alma la que suena.